El año de Tassano
Tassano, en su despacho./ CIUDADDECORRIENTES.GOV.AR
▪ El intendente de Corrientes cierra 2018 con un tarifazo en el transporte urbano. Le concedió 72% de aumento a ERSA, que maneja el 80% de las líneas de la ciudad. El enojo vecinal crece contra una gestión que no da pie con bola.
“Dos modelos. […] cerca de 280.000
correntinos deberán elegir este 4 de junio entre una gestión que puede exhibir
muchas obras importantes en la capital, aun cuando faltan resolver problemas de
solución impostergable –el tránsito, el
transporte público y la basura–, y un candidato que como pergaminos exhibe su
gestión como médico en un instituto (el Cardiológico) y un club (Regatas),
ambas entidades de acceso exclusivo para una elite de la sociedad correntina”.
El 3 de junio de 2017, Datapuntochaco advertía, un día antes de la votación
para elegir al intendente de la capital de Corrientes, sobre qué estaba en juego en esos comicios, en los que finalmente se impuso el radical Eduardo
Tassano.
A casi 20 meses de aquel artículo y a un año de haber asumido, se comprueba para quién gobierna el radical. En la segunda ciudad más pobre del país, según el Indec, los correntinos pagarán desde el primer día de enero 19 pesos para viajar en el deficiente sistema de transporte público de pasajeros, desde que el Concejo Deliberante aprobó hace días la ordenanza que eleva el 72% el costo del boleto, aun cuando el aumento del salario de los empleados públicos apenas fue de 20%.
La emisora vocera del monopolio empresario concesionario del servicio, Radio Dos, justificó el aumento con el argumento de que en Corrientes el boleto aun así saldrá más barato que en otras provincias de la región.
La mayoría de los medios correntinos se unió a la orquesta, con un texto seguramente pergeñado en alguna dependencia oficial, de donde salen los dineros para bancar a periodistas y editores, que siguen embaucando a la opinión pública con noticias sesgadas, que responden a intereses muy contrapuestos a los de los que viajan en colectivo.
Con todo, vecinos dejaron sus opiniones en la fan page de Radio Dos, condenando, en su mayoría, el aumento del boleto y, claro está, al artículo y a la propia emisora por posicionarse del lado del empresariado.
“Qué manera de justificar injusticias!!! Por qué no defienden a los correntinos, que son los que vivimos acá y no llegamos a fin de mes y nos quieren cobrar carísimo todo”, escribió una vecina. “No tienen vergüenza de poner esto como noticia!!! [De] Cuánto son los sueldos de los trabajadores en las demás provincias y cuánto en Corrientes?”, planteó otro. “Por lo menos en Misiones hay aire en los colectivos y la frecuencia es buena. Acá se caen a pedazos, la frecuencia es mala y encima no le pagan en tiempo y forma a los choferes”, comparó otra.
Hay que ser claros: ni Radio Dos ni ningún medio de prensa de Corrientes hace periodismo. Se limitan a difundir información oficial y oficialista a cambio de dinero. Es eso. Por la experiencia en los medios de quienes integran Datapuntochaco, la prensa correntina, además de berreta e inculta, responde a la elite. En su mayoría (hay excepciones, claro), los periodistas que gozan de “renombre” son personajes rentados por el poder político y empresario.
Más allá del periodismo, el secretario de Gobierno municipal, Hugo Calvano (de las huestes de Elisa Carrió), fue durante la gestión de Fabián Ríos (FPV) un durísimo crítico de la empresa ERSA, del sistema de transporte público de pasajeros de la ciudad y del servicio de recolección de residuos, a cargo de ERSA a través de la LUSA. Desde su banca de concejal, llegó a acusar a Ríos y a los ediles del FPV de gobernar a favor del grupo empresario.
Hoy, con el 72% de suba otorgado al monopolio del transporte capitalino, Calvano nada dice al respecto. Es más: se sabe en Corrientes que, desde la empresa empezó a presionar para aumentar la tarifa, la Municipalidad acudió “en ayuda” con millonarios “subsidios”, a fin de aplacar la virulenta campaña desatada por la firma, con la complicidad del secretario general de la UTA de Corrientes, el senador oficialista Rubén Suárez.
En el colmo del cinismo, el propio intendente afirmó, antes de enviar al Concejo el aumento del boleto, que “los empresarios deben absorber los efectos de la inflación y la paulatina quita de subsidios”.
Tassano, que se hizo famoso en el país por haber duplicado los cargos jerárquicos y aumentado en 60% su salario apenas asumió, no cumplió con nada de lo que prometió en 2017, en una campaña llena de operaciones mediáticas para perjudicar a Ríos, que buscaba su reelección. Por el contrario, lo poco que hizo es muestra de un despilfarro e ineptitud atroces, mientras gran parte de la población se empobrece a un ritmo vertiginoso producto de las políticas nacionales que Tassano apoya y defiende, las de Maurice Macri y Cambiemos.
En el caso de la limpieza de los desagües de la ciudad, contrató a una empresa para desobstruir los ductos y evitar así que vastos sectores se inunden cuando llueve. Se pagan millones por ese trabajo, pero la ciudad se sigue inundando. Aun así, Tassano y sus funcionarios lo niegan públicamente, casi al mismo tiempo que las redes sociales se inundan de imágenes de calles convertidas en ríos.
A casi 20 meses de aquel artículo y a un año de haber asumido, se comprueba para quién gobierna el radical. En la segunda ciudad más pobre del país, según el Indec, los correntinos pagarán desde el primer día de enero 19 pesos para viajar en el deficiente sistema de transporte público de pasajeros, desde que el Concejo Deliberante aprobó hace días la ordenanza que eleva el 72% el costo del boleto, aun cuando el aumento del salario de los empleados públicos apenas fue de 20%.
La emisora vocera del monopolio empresario concesionario del servicio, Radio Dos, justificó el aumento con el argumento de que en Corrientes el boleto aun así saldrá más barato que en otras provincias de la región.
La mayoría de los medios correntinos se unió a la orquesta, con un texto seguramente pergeñado en alguna dependencia oficial, de donde salen los dineros para bancar a periodistas y editores, que siguen embaucando a la opinión pública con noticias sesgadas, que responden a intereses muy contrapuestos a los de los que viajan en colectivo.
Con todo, vecinos dejaron sus opiniones en la fan page de Radio Dos, condenando, en su mayoría, el aumento del boleto y, claro está, al artículo y a la propia emisora por posicionarse del lado del empresariado.
“Qué manera de justificar injusticias!!! Por qué no defienden a los correntinos, que son los que vivimos acá y no llegamos a fin de mes y nos quieren cobrar carísimo todo”, escribió una vecina. “No tienen vergüenza de poner esto como noticia!!! [De] Cuánto son los sueldos de los trabajadores en las demás provincias y cuánto en Corrientes?”, planteó otro. “Por lo menos en Misiones hay aire en los colectivos y la frecuencia es buena. Acá se caen a pedazos, la frecuencia es mala y encima no le pagan en tiempo y forma a los choferes”, comparó otra.
Hay que ser claros: ni Radio Dos ni ningún medio de prensa de Corrientes hace periodismo. Se limitan a difundir información oficial y oficialista a cambio de dinero. Es eso. Por la experiencia en los medios de quienes integran Datapuntochaco, la prensa correntina, además de berreta e inculta, responde a la elite. En su mayoría (hay excepciones, claro), los periodistas que gozan de “renombre” son personajes rentados por el poder político y empresario.
Más allá del periodismo, el secretario de Gobierno municipal, Hugo Calvano (de las huestes de Elisa Carrió), fue durante la gestión de Fabián Ríos (FPV) un durísimo crítico de la empresa ERSA, del sistema de transporte público de pasajeros de la ciudad y del servicio de recolección de residuos, a cargo de ERSA a través de la LUSA. Desde su banca de concejal, llegó a acusar a Ríos y a los ediles del FPV de gobernar a favor del grupo empresario.
Hoy, con el 72% de suba otorgado al monopolio del transporte capitalino, Calvano nada dice al respecto. Es más: se sabe en Corrientes que, desde la empresa empezó a presionar para aumentar la tarifa, la Municipalidad acudió “en ayuda” con millonarios “subsidios”, a fin de aplacar la virulenta campaña desatada por la firma, con la complicidad del secretario general de la UTA de Corrientes, el senador oficialista Rubén Suárez.
En el colmo del cinismo, el propio intendente afirmó, antes de enviar al Concejo el aumento del boleto, que “los empresarios deben absorber los efectos de la inflación y la paulatina quita de subsidios”.
Tassano, que se hizo famoso en el país por haber duplicado los cargos jerárquicos y aumentado en 60% su salario apenas asumió, no cumplió con nada de lo que prometió en 2017, en una campaña llena de operaciones mediáticas para perjudicar a Ríos, que buscaba su reelección. Por el contrario, lo poco que hizo es muestra de un despilfarro e ineptitud atroces, mientras gran parte de la población se empobrece a un ritmo vertiginoso producto de las políticas nacionales que Tassano apoya y defiende, las de Maurice Macri y Cambiemos.
En el caso de la limpieza de los desagües de la ciudad, contrató a una empresa para desobstruir los ductos y evitar así que vastos sectores se inunden cuando llueve. Se pagan millones por ese trabajo, pero la ciudad se sigue inundando. Aun así, Tassano y sus funcionarios lo niegan públicamente, casi al mismo tiempo que las redes sociales se inundan de imágenes de calles convertidas en ríos.
Con el mismo desapego de la realidad que le
imprime la gestión nacional de Cambiemos, el intendente del segundo conglomerado
más pobre del país piensa en una ciudad con una costanera distinta de la
actual, a través del llamado plan de desarrollo costero, que no pocos denuncian
como un gran negociado y la privatización del espacio público.
Pero no es eso lo que más preocupa en Corrientes. El carácter anodino del gobierno de Tassano ya se empieza a equipar con el del también radical Carlos Vignolo, intendente entre 2005 y 2009, quien no hizo nada en cuatro años.
Pero no es eso lo que más preocupa en Corrientes. El carácter anodino del gobierno de Tassano ya se empieza a equipar con el del también radical Carlos Vignolo, intendente entre 2005 y 2009, quien no hizo nada en cuatro años.
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