“Pobreza 6 ceros”
▪ El Observatorio de la Deuda Social de la UCA, cuyos informes usó el maurismo para atacar al gobierno de Cristina, reveló que Argentina sumó en los últimos tres meses 1,4 millones de pobres. Las cifras están más en sintonía con el brutal ajuste del Gobierno que con su falaz meta de “pobreza cero”.
“Mauricio Macri llegó a la Presidencia de
Argentina con la ‘pobreza cero’ entre sus prioridades, pero el arranque de su
gestión avanza de momento en dirección contraria. En los tres primeros meses
del año, Argentina sumó 1,4 millones de nuevos pobres, 5,5 puntos, según
estimaciones del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica
Argentina (UCA). A falta de cifras oficiales, este organismo, muy respetado en
este asunto incluso por los macristas, asegura que a mediados de marzo cerca de
13 millones de personas no tenían ingresos suficientes para satisfacer sus
necesidades básicas, el 34,5% del total de los argentinos”.
La noticia no es un de medio afín al
kirchnerismo, de los que casi no quedan. Es del diario español El País, un
encendido crítico de la gestión de Cristina Fernández y del resto de los
gobiernos progresistas de América Latina.
El informe de la UCA aclaró que “estas
proyecciones no toman en cuenta las pérdidas de empleo ocurridas en el marco de
una economía inflacionaria y afectada por ajustes macroeconómicos, ni los
recientes anuncios de incremento en materia de transporte y servicios
domiciliarios”. No lo dice tampoco un medio K, sino la agencia estatal Télam,
que agrega que, en consecuencia, “cabe suponer que las proyecciones presentadas
pueden estar subestimando las tasas de indigencia y de pobreza urbana,
representando las mismas apenas el piso de la eventual situación actual”.
Aparte de ser una consigna, lo de “pobreza
cero” es una contradicción del maurismo que empieza a manifestarse flagrante
para quienes el odio al kirchnerismo les impide ver la realidad con algo de
claridad. Con una inflación descontrolada, una devaluación que recortó ingresos
en el orden del 40%, subas de tarifas de hasta el 700% en el caso de la luz y
despidos masivos, no se puede sostener seriamente que las políticas del Presi Mau tienden a vaciar el país de pobres.
La UCA afirmó que en los tres primeros
meses del año la pobreza se incrementó en 1,4 millones de personas, mientras
que otras 350 000 personas ingresaron a la indigencia, y estimó en 34,5 por
ciento el índice de pobreza en marzo de este año, lo que equivale a 13 millones
de individuos en todo el país, reproduce el diario La Nación.
“Teníamos pensado dedicarnos a la
presentación de un informe sobre pobreza y desigualdad de 2010 a 2015, pero
ante la situación económica complicada vinculada al aumento del costo de vida y
al actual proceso inflacionario nos vimos obligados a abordar la situación
actual”, señaló el director del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la
UCA, Agustín Salvia, en una conferencia de prensa.
La pobreza se dispara en Argentina desde que llegó Macri, titula El País.
¿Esos nuevos 1,4 millones de pobres forman
parte de la herencia kirchnerista? Según un artículo de Federico Kucher, en Página 12, el 10 por ciento más pobre de la población perdió un cuarto de su
capacidad de compra en los últimos cuatro meses. La cifra surge de una
investigación de Conicet realizada por el Centro de Innovación de los
Trabajadores (Citra-Umet). La devaluación, la quita de las retenciones para los
productos agropecuarios, la flexibilización de cupos de exportación en bienes
claves como la carne y la reducción de los subsidios al sector energético,
entre otros, fueron los principales elementos que, según el documento del
Conicet, aceleraron el proceso inflacionario, generaron tensiones notables en
la calidad de vida de los individuos de bajos recursos e incrementaron los
beneficios de segmentos acomodados de la sociedad. El trabajo adelanta que la
inflación interanual que en febrero se ubicó en 35 por ciento alcanzará en
octubre el 55 por ciento, más del doble del 25 por ciento pronosticado por el
golpeador verbal Alfonso Prat-Gay, ministro de Hacienda.
El 10 por ciento más vulnerable de la
sociedad registró una caída del 23,8 por ciento en su capacidad de compra. Las
remarcaciones en alimentos y bebidas explicaron una reducción para el bolsillo
de 15 por ciento; en alquileres, de 2,5 y en tarifa de luz, un 6,3. El 10 por
ciento de mayores recursos, en cambio, anotó una baja de poder adquisitivo de solo
el 11,1 por ciento, en la que alimentos implicó una disminución de 5,3 por
ciento; alquiler, 3,9 por ciento y tarifa de luz, 1,7.
Estos datos son anteriores a los aumentos
anunciados ayer por el Gobierno en transporte (100%), gas (285%) y agua (hasta
375%), y otra suba más en los precios de los combustibles (6%) –que repercute
inmediatamente en los precios de otros productos–, que agravarán el cuadro.
Para colmo, las mejoras salariales anunciadas para el año, en un promedio del
30%, amortiguarán poco el duro golpe del ajuste.
La pobre inocencia de la gente
La pobre inocencia de la gente
Si bien muchos están convencidos aún de que
todo esto es culpa de Cristina, algunos empiezan a expresar su desilusión, aun
cuando eso signifique horrorizarse por las consecuencias de haber dejado las
gallinas al cuidado del zorro. Como escribió Mempo Giardinelli, “impresiona,
y duele, comprobar cómo gran parte de los argentinos tragan inadvertidamente
tantas galletitas envenenadas”, las mentiras del Gobierno y de los medios. “Acaso
por esa ingenuidad ancestral de todos los pueblos, y la cual León Gieco definió
hace años como ‘la pobre inocencia de la gente’, sorprende que hoy tantos
compatriotas simplemente contemplen, despreocupados y algunos hasta felices,
cómo la mitad del país, si no más, padece nuevamente un histórico e inesperado
retroceso en prácticamente todos los órdenes”, dice Giardinelli en Página 12.
“Hay que reconocer, aunque duela, que la
ingenuidad de mucha gente manipulada mediáticamente parece haber consagrado,
contra sus propios intereses, a quienes siempre, históricamente, fueron sus
verdugos políticos, económicos y sociales”, asegura el escritor y periodista,
que, a 40 años del golpe de Estado que instauró la dictadura más sangrienta de
la historia argentina, asegura que el presente “implica ya, de hecho, el
retorno en muchos aspectos a los viejos, malignos tiempos de la dictadura”. “Razón tuvo Luis Puenzo, la semana pasada,
cuando dijo que ‘en este momento el poder de represión son los medios’”, recuerda.
“La pobre inocencia de la gente quizás no
advierte aún la gravedad de los desguaces en Cultura y en la Biblioteca
Nacional. Quizás no ven las consecuencias desastrosas de la eliminación del
Programa Conectar Igualdad y del Plan Fines, por ejemplo. Ni parecen
comprender, todavía, que luchar contra la corrupción no es bandera de justicia
cuando está en manos de contrabandistas sobreseídos duchos en negocios
familiares y con amigos”, agrega.
No es casual que la corporación
periodística centre su interés en estos días en, como dice Giardinelli, las “no
probadas ni juzgadas corruptelas de los señores López y Báez, mientras protegen
con silencios absolutos los ya añejos procesos contra el presidente del Banco
Central y el ministro de Economía por montos infinitamente mayores”.
Tampoco es casual que un juez como Bonadio
pretenda erigirse en prócer al avanzar sin reparos con una causa contra la expresidenta
–por el dólar futuro–, cuyo cometido es armar la foto que quiere el Presi Mau y
Cambiemos: Cristina esposada.
Así, mientras la prensa corporativa machaca
con la supuesta megacorrupción del kirchnerismo y distrae a los insaciables del
veneno anti-K, la angustia y la desesperanza vuelven a gobernar las vidas de
millones de argentinos que ven evaporar sus ingresos y derechos. Quizá entre
ellos haya también de aquellos que quieren ver a Cristina presa, como un falso símbolo
de que en la Argentina “el que las hace las paga”. Sabemos que no es así. En todo
caso, el que las hace, puede ser elegido presidente.
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