3.000 periodistas en la calle
▪ El ajuste no es solo económico. La fuerte presión política sobre la línea editorial se ejerce a través de la pauta oficial y bajo la consigna de la autorregulación del mercado. Hay un corrimiento del eje desde la libertad de expresión y la democracia hacia la rentabilidad de los grupos. Y en el medio, los trabajadores.
Los trabajadores de
prensa hacen frente a su peor momento. En medio de cierres, despidos y retiros
involuntarios, ya se perdieron alrededor de 3.000 puestos de trabajo. El ajuste
no es solo económico. La fuerte presión política sobre la línea editorial se ejerce
a través de la pauta oficial y bajo la consigna de la autorregulación del
mercado.
El viernes 17,
Víctor Hugo ya no pudo salir al aire. Lo despidieron de C5N una hora antes de
que su programa debiera comenzar. El mismo día, en Radio Tandil se llegó a la
cifra de catorce despidos luego de que asumiera la nueva dirección. Mientras
tanto, los accionistas de la agencia Diarios y Noticias (DYN) pretenden
concretar su cierre a través de una asamblea planificada para este viernes,
desempleando así a un centenar de trabajadores de prensa.
Desde que asumió
Mauricio Macri se perdieron casi 3.000 puestos de trabajo en el sector, según
fuentes gremiales e información de prensa: despidos, cierres y retiros
(in)voluntarios lo acorralan. Mientras tanto, cada vez son más los que todavía
conservan su trabajo perciben el salario en cuotas, sin paritarias acordes y
rodeados por la incertidumbre y el temor de quién será el próximo.
El componente
financiero dentro de los medios de comunicación es cada vez mayor, la
concentración mediática se recrudece y la libertad de expresión tiembla en un
contexto sumamente salvaje para los trabajadores y para la sociedad en su
conjunto.
Los trabajadores de
la Agencia Diarios y Noticias, en la que los diarios Clarín, La Nación, Río
Negro y La Gaceta de Tucumán son accionistas mayoritarios, venían reclamando
desde hace meses información sobre los rumores de cierre: “Hace más de un año
venimos denunciando el deterioro de las condiciones operativas de la agencia,
producto de la desinversión en tecnología y el no reemplazo del personal que
accedió a la jubilación, mientras vemos que accionistas principales y
controlantes de DYN, como Clarín y La Nación, vienen reestructurando y
ampliando su esquema de negocios, adentro y afuera de la actividad
periodística”, denunciaba un comunicado de la comisión interna del Sindicato de
Prensa de la Ciudad.
El pasado 6 de
noviembre, la realidad se hizo eco de las denuncias. En el Boletín Oficial de
esa misma fecha se pudo ver la convocatoria de Diarios y Noticias S.A. a una
Asamblea General Extraordinaria de Accionistas. El día pactado será el viernes
24 de noviembre a las 11 horas: el momento de la verdad. “Yo veo una actitud
patronal absolutamente decidida, nosotros de entrada hicimos asambleas con los
compañeros, presentamos ante el ministerio el pedido de situación, conseguimos
audiencias al más alto nivel, pero la patronal no tiene dudas, es una decisión
muy fuerte de cierre”, dijo a Nuestras Voces Fernando Tato Dondero, secretario
del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba).
Desde DYN S.A.
aseguran que la motivación de cierre es económica. Los diarios del interior no
aportan más, se caen los suscriptores, es una agencia formada a la antigua que,
en los tiempos actuales, ya no tiene razón de ser. “Indudablemente lo que está
claro es que La Nación y Clarín prefieren poner ese dinero para sus plataformas
web. Hay un recambio en las comunicaciones, ahora van a invertir en otras
cosas. Pero también se sabe que no las necesitan más, cumplieron una etapa
desde el punto de vista estratégico”, asegura Dondero.
Hay otras dos
cuestiones fundamentales en el análisis de la crisis que enfrenta al sector.
Por un lado, los cambios en el consumo de medios e información y, por el otro,
los intereses políticos que acarrean estas decisiones.
“La situación es
terrible porque están hasta si quiere, desde el punto de vista de ellos,
legales. No niegan indemnizaciones, ni nada. Sabemos también que este es un
contexto difícil, una época en la que es difícil revertir una política patronal
porque en el fondo hacen lo que les permiten hacer desde el gobierno”, agregó
Dondero. La ausencia del Estado no es causal. Bajo el discurso de que se trata
de privados, Cambiemos profundiza su política de no intervención y su
colaboración hacia los espacios afines.
La semana pasada,
el sindicato presentó ante la Comisión de Comunicaciones de la Cámara de
Diputados un anteproyecto de Ley de Emergencia Laboral en empresas de
comunicación para intentar frenar los despidos. Se realizó una radio abierta
con la Red Nacional de Medios Alternativos y un camarazo por los reporteros
gráficos nucleados en la Asociación de Reporteros Gráficos de la República
Argentina (Argra).
Entre la espada y
la pared
Otro de los medios
con dificultades es Página/12, que, según sus propios trabajadores, se
encuentra en uno de los momentos más difíciles desde su fundación. Desde mayo
de 2016, el diario pertenece al Grupo Octubre, encabezado por Víctor Santa
María. La falta de inversión y de aggiornamiento
a las nuevas tecnologías dejó a sus trabajadores en desventaja. “Hay un
contexto general, no solo en el país sino en el mundo, de cambio de pautas de
comunicación. La vieja estructura de un diario de papel que la gente va y lo
compra en el quiosco se fue cayendo. Página
padece esa reconversión general de cómo la gente se informa. Creo que el diario
no estuvo a la altura de la situación, se durmió porque tenía una pauta oficial
favorable y ahora padece una doble situación de ajuste. Uno por parte del
gobierno y otro por incapacidad propia de estar reconvertido en un producto que
pueda ser funcional en esta situación”. Dondero es, además de integrante de Sipreba,
trabajador de Página/12 desde sus
inicios.
El colectivo del
diario siempre fue muy activo. Sin embargo, en estos tiempos se encuentran
frente a una situación más que compleja: “Hay muchas medidas de lucha por
nuestro salario y las condiciones de trabajo, pero por otro lado tenemos que
reconocer que hay una política de ahogamiento por parte del gobierno de no
querer bancar las investigaciones de Horacio Verbitsky, o la cobertura del tema
Maldonado o los Panama Papers, por nombrar algunos ejemplos. Es una situación
muy compleja porque si yo aprieto la situación laboral interna habilito a los
otros en contra de la voz de Página/12”.
Entre la espada y
la pared, los trabajadores deben presionar a la patronal para conseguir cumplir
sus derechos laborales sin que ello implique una presión demasiado fuerte que
ahorque –y termine de asfixiar– a su
propio espacio, uno de los pocos opositores que aún perduran.
Un futuro incierto
La empresa de
Cristóbal López y Fabián De Sousa, por su parte, continúa sumando nuevos
capítulos. La situación fue narrada en este mismo portal por el periodista Ari
Lijalad: “Su antigua relación con la familia Kirchner es vox populi. Lo mismo
sus asuntos con el fisco: acumulan una deuda de más de 8.000 millones de pesos
con la AFIP, generada al no pagar el Impuesto a la Transferencia de los
Combustibles (ITC). La idea de López y De Sousa era desprenderse de algunas
empresas para pagar la deuda, pero el juez contencioso administrativo Enrique
Furnari impidió que se desmembrara el Grupo hasta que no resolviera el pago de
su deuda. La AFIP denunció penalmente a ambos dueños de Indalo, causa que quedó
en manos del juez Julián Ercolini –de los más permeables y maleables de
Comodoro Py– que inhibió todos sus bienes. Con este panorama, López dejó
trascender que no soportaría ir preso y aceleró las negociaciones para
desprenderse de sus empresas”.
La compra del
holding ya se había intentado desde petrolera Oil Combustibles, pero la Corte
Suprema de Justicia lo frenó. OP Investments, un fondo de inversión con un
nombre genérico, es el nuevo interesado. En los últimos días trascendió que,
además, podría asociarse con la empresa Lukoil, la petrolera más grande de Rusia.
Poco se sabe de
quiénes están detrás de la operación. Sea quien fuere, se quedaría con más de
ciento cincuenta sociedades –entre ellas alrededor de veinte medios de
comunicación– deudas con el fisco y con
el futuro de más de cuatro mil fuentes de trabajo.
“Es una situación
muy complicada para los compañeros porque hay dos escenarios: uno es que le
terminen permitiendo la venta desde el Grupo Indalo a la nueva empresa. En ese
caso ellos dijeron que de las sociedades que compran van a ver cuáles son rentables,
con lo cual no estamos seguros de cuál va a ser el futuro de las empresas
periodísticas del grupo. Tampoco sabemos cuál va a ser el futuro de los
trabajadores en el otro escenario, pero mientras la empresa sigue siendo de
Cristóbal López y De Sousa, están bajando voces: en un primer momento, Navarro;
ahora, Víctor Hugo, y esto es una clara maniobra para negociar con el Gobierno
su venta”, aseguraron desde Sipreba.
Además de los
despidos ideológicos de C5N, el grupo adeuda salarios y realiza pagos en
ínfimas cuotas. Un ejemplo de ello es Ámbito
Financiero, en donde sus trabajadores, primero como excepción y luego en
forma sistemática, reciben la paga de un
mes en tres partes. Además, por supuesto, de la constante duda respecto de la
continuidad de sus puestos de trabajo.
(…)
Todas la voces
La situación de los
trabajadores de prensa no escapa al ajuste sufrido en múltiples sectores. Sin
embargo, la importancia de su funcionamiento para la calidad democrática de una
sociedad vuelve al conflicto un poco más complejo. “Se afectaron medios opositores,
con voces distintas a la oficial. Hay una situación de achicamiento en cuanto a
una voz discordante que es muy grave para la libertad de expresión”, aseguró
Dondero.
El especialista en
medios de comunicación, Martín Becerra, dijo en diálogo con Radio del Plata
(otro de los medios afectados por esta situación, perteneciente a
Electroingeniería): “En la actualidad, la tendencia editorial, de manera muy
manifiesta, es netamente oficialista. A mí me preocupa que haya una
descompensación grande entre los medios con audiencias importantes y el resto
con una afiliación editorial pro gubernamental”. Además, el investigador del Conicet
afirmó que las audiencias que no eligen a Macri como su alternativa se
encuentran “en un estado de orfandad”, y “sin representación mediática”.
La situación en la
AM 1030, los despidos en AGR Clarín y en el Grupo Atlántida (perteneciente al
grupo mexicano Televisa), los incumplimientos en los pagos en TV360 y Editorial
Perfil (del empresario Jorge Fontevecchia), los despidos en medios estatales
como Radio Nacional y la agencia de noticias Télam, son también parte de la
interminable lista de desesperación.
Con la excusa de
los cambios tecnológicos que se avecinan y del contexto socioeconómico que
plantea Cambiemos, los dueños de los medios se mueven como pez en el agua.
Mientras tanto, el Gobierno disimula mirar hacia otro lado y presiona con la
pauta oficial. El Estado, luego de anular los puntos claves de legislación que
imponía la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, juega la carta de la
mano invisible del mercado. La tendencia a que en los medios exista un
componente financiero cada vez mayor, agrega una nueva variable al ya difícil
panorama: el corrimiento del eje desde la libertad de expresión y la democracia
hacia la rentabilidad de los grupos. Y en el medio, los trabajadores.
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