Facinerosos
Las tapas de La Nación y Clarín del 14 de agosto.
▪ La orden de suspender el conteo de votos en la provincia de Buenos Aires para que los medios hegemónicos, Clarín y La Nación fundamentalmente, pudieran tener el triunfo del partido gobernante en sus tapas no merece otra calificación que atorrantismo político.
El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, ordenó detener el conteo de los votos de las PASO del domingo en la provincia de Buenos Aires faltando 500.000 votos por contar, votos (dato no menor) que serían para Unidad Ciudadana en su mayoría y que revertirían los números dándole a Cristina Fernández de Kirchner una ventaja sobre el candidato de Cambiemos, Esteban Bullrich.
Lo hicieron para que los medios hegemónicos, Clarín y La Nación fundamentalmente, pudieran tener la tapa del triunfo del partido gobernante. Esta operación no merece otra calificación que atorrantismo político.
Imposible resulta dejar de lado la indignación, la impotencia y la vergüenza que este hecho demencialmente inverosímil pudiera concretarse.
Indignación porque, como están diciendo tanto votantes de Cambiemos como los otros, “nos toman por boludos”.
Impotencia porque la impunidad de la mafia que gobierna el país parece no tener límites.
Vergüenza porque esto mancha los principios mismos de la Nación. Y porque convirtió a nuestro país en objeto de burla y escarnio en la prensa internacional.
Lo peor es que esta triquiñuela no sólo quedará impune, sino que lo peor es que hay muchos que se la van a comer doblada.
Por si algo les faltaba, ya adelantaron que, una vez contados los 500.000 votos faltantes, van a judicializar esos votos junto con los que fueron observados por las mesas receptoras de votos.
El macrismo, Clarín y La Nación junto con los otros medios obsecuentes y todos los acólitos de esta forma de hacer de la política un perfecto mamarracho no son otra cosa de facinerosos.
Lo hicieron para que los medios hegemónicos, Clarín y La Nación fundamentalmente, pudieran tener la tapa del triunfo del partido gobernante. Esta operación no merece otra calificación que atorrantismo político.
Imposible resulta dejar de lado la indignación, la impotencia y la vergüenza que este hecho demencialmente inverosímil pudiera concretarse.
Indignación porque, como están diciendo tanto votantes de Cambiemos como los otros, “nos toman por boludos”.
Impotencia porque la impunidad de la mafia que gobierna el país parece no tener límites.
Vergüenza porque esto mancha los principios mismos de la Nación. Y porque convirtió a nuestro país en objeto de burla y escarnio en la prensa internacional.
Lo peor es que esta triquiñuela no sólo quedará impune, sino que lo peor es que hay muchos que se la van a comer doblada.
Por si algo les faltaba, ya adelantaron que, una vez contados los 500.000 votos faltantes, van a judicializar esos votos junto con los que fueron observados por las mesas receptoras de votos.
El macrismo, Clarín y La Nación junto con los otros medios obsecuentes y todos los acólitos de esta forma de hacer de la política un perfecto mamarracho no son otra cosa de facinerosos.
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