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El Pelafustán

4.3.17

La Macrix






































En su discurso ante la Asamblea Legislativa, Macri describió un país que pocos ven. Le dio el gusto a todos los que sueñan con un mundo sin ideologías, es decir, un mundo “sin ismos”. Su discurso fue “puro cinismo”.   

Emanuel Rodríguez | NUESTRAS VOCES

Macri inauguró las sesiones ordinarias en el Congreso dándole el gusto a todos los que sueñan con un mundo sin ideologías. Sí. Porque los que sueñan con un mundo sin ideologías sueñan con un mundo “sin ismos”. Y el discurso de Macri fue “puro cinismo”.
Su discurso duró exactamente una hora, otra vez un discurso bastante breve. Es que como dice el refrán: lo Macri, si breve, dos primos de Macri se lo adjudican sin licitación.
Afuera del Congreso una multitud protestaba contra Macri. Por suerte dentro del Congreso estaba Luis Majul, para equilibrar.
Macri elogió su primer año de gestión y le siguió echando la culpa de todo al kirchnerismo: es más, su incapacidad para leer de corrido es claramente parte de la pesada herencia. ¡Filmus! ¿Cómo puede ser que hayan quedado tipos como Macri, excluidos de cualquier tipo de educación?
Macri describió un país que pocos ven. Un país de fantasía. Le agregabas un león, una bruja y un ropero y tenías Narnia. ¡Era un país de ciencia ficción! ¡Era la Macrix!
La palabra que más veces pronunció Macri en su discurso fue “diálogo”. Se calcula que dijo “diálogo” cada 10 palazos que la policía les daba a los docentes que protestaban afuera del Congreso.
Fue un discurso tan cargado de marketing que varios alumnos ricos de una universidad privada lo confundieron con una de esas carreras en las que ponés 50 lucas y te dan un título.
El presidente de Argentina y cadete de Clarín protagonizó varios cruces con los legisladores del Frente para la Victoria, que desde sus bancas le recordaron a los gritos y con carteles el escándalo del Correo Argentino, la detención de Milagro Sala y las irregularidades que se investigan por el otorgamiento de rutas áreas a las empresas denominadas low cost. Macri se hizo el Macri, perdón, se hizo el boludo con todo eso.
“Que lean los diarios. En los diarios no sale nada de eso”.
“No escuchemos a los que nos quieren desanimar y nunca quisieron el cambio, ni hacen autocrítica de lo que hicieron en el pasado”, dijo Macri, que ha demostrado tener mucha, mucha, mucha autocrítica. Es más, desde el PRO aseguran que el presidente se echa un moco por día para reconocer uno por semana y demostrar su capacidad de autocrítica.
Macri le pidió al Congreso que sancione una “Ley de Responsabilidad Empresaria”, que es más o menos como que Sergio Massa pida una ley para regular el lameculismo.
Sergio Massa no asistió al discurso porque está en Israel. Parece que en Israel le preguntaron si estaba del lado de los israelíes o del lado de los Palestinos y él respondió “del lado de la gente”.
Macri dijo que las emociones “son lo más real que tenemos”. Es cierto: porque según Cambiemos, las otras cosas que tenés, por ejemplo el celular y el auto que te compraste con el gobierno anterior, no son reales, son una ilusión.
Afuera del Congreso había miles de personas. La mayoría de ellas, curiosamente disfrazadas de policías. Había tantos policías en la calle que Baby Etchecopar tuvo una erección.
El único gremialista presente en el acto fue Gerónimo Momo Venegas, un caso curioso, ya que mientras sus representados duermen en pajareras, él se muestra junto al gato.
Los ejes del discurso de Macri fueron la inflación, la educación y la lucha contra la corrupción, aunque lo que dijo sobre los tres temas estuvo tan alejado de la realidad que para entenderlo habría que tomarse una de esas naves de Menem que llegaban a la estratósfera y de ahí elegían a dónde ir.
Macri dijo que había que cuidar a los docentes y cuando le gritaron sobre las amenazas a Baradel, dijo que Baradel “no necesita que nadie lo cuide”… una frase que traducida al italiano significa que Baradel amaneció con una cabeza de caballo en la cama.
Hubo un momento de tensión cuando desde el bloque del FPV le cantaron a Macri “curreeeeeo, curreeeeeeo”, y desde Cambiemos respondieron cantando “sí, se puede”. Eso es lo que pasa cuando enfrentas una generación que creía que la juventud debía cambiar el mundo participando en política con una generación que creyó que la juventud debía cambiar el mundo actuando en Jugate conmigo.
“La obra pública dejó de ser sinónimo de corrupción”, aseguró Macri. Ahora es sinónimo de Calcaterra. Y Calcaterra es sinónimo de Macri. Y Macri es sinónimo de Corrupción. Pero ¿ven? ¡Hay como dos cosas al medio!
Macri dijo también que cree “en una justicia independiente”. De hecho, está dispuesto a hacerle juicio político a todos los jueces que no crean en lo mismo que él cree.
Mauricio Macri tuvo un momento de honestidad intelectual. Fue cuando dijo: “No nos sirve más la lógica de guiarnos por el cinismo” e inmediatamente terminó su discurso.

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