De mapas y territorios
MAFIA
▪ Cuando la miseria personal se sale de las veredas y se planta sobre las calzadas, el habitante se transforma en ciudadano; el empleado, en trabajador; en fin, el individuo, en persona.
Una lucha sin calle es como un mapa sin
territorio.
Desde hace un tiempo, vastos sectores
pobres y empobrecidos de nuestra sociedad comenzaron a ganar las calles y ese hecho
transforma a la vía pública en territorio político. Porque cuando la miseria
personal se sale de las veredas y se planta sobre las calzadas el habitante se
transforma en ciudadano; el empleado, en trabajador; en fin, el individuo, en
persona.
Cuando un conflicto rompe las paredes de
las oficinas, los hospitales, las escuelas y las medianeras de nuestras casas,
hay muchos nadies desesperados e indignados que son capaces de dejar de sollozar
en la cocina y salen a gritar su bronca y su desconcierto. Y ese grito,
indefectiblemente, deviene en apelación a otro; a ese otro que está padeciendo
lo mismo y que también rompió los límites materiales y políticos de su desdicha
personal para convertir su reclamo individual en demanda colectiva.
Es entonces, y sólo entonces, cuando el
enojo se transforma en lucha. Y las calles dejan de ser territorios de
vehículos y se llenan de gente, de pueblo. Es decir, se humanizan. Y apela así
a las instituciones para exigirles respuestas, soluciones y toma de decisiones
que deberían haber provisto. Porque cuando los reclamos se vuelven colectivos y
ganan las calles, la injusticia social necesariamente es intimada y el poder no
tiene otra alternativa que sentarse a escuchar. Y a responder.
Los derechos no llueven. Se generan en las
conciencias y siempre, siempre, son arrancadas de cuajo al poderoso de turno. Es
la química de la democracia y la sintaxis de la civilización. Y esto sucede
cada vez que el oprimido puede sacudirse del ropaje individual (e
individualista) y, liberando a otro, se libera.
Mientras esto no ocurra, seguiremos siendo
calles sin vida, mapas sin territorio… y un país sin Nación.
0 comentarios:
Publicar un comentario