Fanfarronerías neoliberales
Fanfarrones neoliberales. Quien halló esa
precisa definición de Maurice Macri y Paul Avelluto fue el actor estadounidense
Viggo Mortensen, quien pidió al ingeniero que gobierna el país y su secuaz de
Cultura que se dejen de joder y no destruyan el cine argentino.
El protagonista de El señor de los anillos y Promesas
del Este se expresó a través de un video difundido en las redes por la
Asociación de Directores de Cine (PCI), en la que se lo ve con una remera de su
equipo de fútbol, San Lorenzo, en defensa de la autarquía del Instituto
Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), donde el maurismo irrumpió para
favorecer a sus amigos y sus negocios.
“Los sistemas de apoyo estatal al cine en países como Argentina y Francia son ejemplos únicos y exitosos del fomento cultural, y son admirados en todo el mundo. El cine argentino se autofinancia y es una fuente de orgullo para todos los argentinos”, dice Mortensen en el video de 35 segundos.
“Así que Macri, Avelluto y todos los fanfarrones neoliberales: déjense de joder. No a la destrucción del cine argentino”, reclama el actor ante el atropello maurista contra el Incaa, a cuyo presidente, Alejandro Cacetta, el secretario de Cultura echó por supuestos “manejos espurios”.
“Los sistemas de apoyo estatal al cine en países como Argentina y Francia son ejemplos únicos y exitosos del fomento cultural, y son admirados en todo el mundo. El cine argentino se autofinancia y es una fuente de orgullo para todos los argentinos”, dice Mortensen en el video de 35 segundos.
“Así que Macri, Avelluto y todos los fanfarrones neoliberales: déjense de joder. No a la destrucción del cine argentino”, reclama el actor ante el atropello maurista contra el Incaa, a cuyo presidente, Alejandro Cacetta, el secretario de Cultura echó por supuestos “manejos espurios”.
Autocrítica I. El presidente Maurice Macri
afirmó que los argentinos están “cansados de la violencia, de la patota y de la
mafia”. Lo dijo al dialogar telefónicamente en su despacho de la residencia de
Olivos con Raúl Balbo, padre del joven hincha de Belgrano de Córdoba que murió
tras ser agredido en el estadio Mario Kempes, en un hecho por el que están
detenidas e imputadas varias personas.
Es cierto: una gran parte de los argentinos están cansados de su gobierno.
Es cierto: una gran parte de los argentinos están cansados de su gobierno.
Autocrítica II. “Ella debería tomar
conciencia de que su situación de supuesta resistencia daña al país, a la
reputación de la Argentina en el mundo y a las posibilidades de inversiones. Ya
no es una cuestión doméstica de debate de modelos políticos, ella está dañando
la reputación del país”, dijo la titular de la Oficina Anticorrupción (OA), la
macrista Laura Alonso, sobre la procuradora Alejandra Gils Carbó. Más que la
jefa de los fiscales, quien daña la reputación del país es Alonso al ocupar un
cargo para el que, a todas luces, no está preparada.
Trabajar por una remera. Horatio Rodríguez
Larreta obliga a empleados de la Ciudad de Buenos Aires a cubrir los turnos del
call center que el Gobierno porteño
tiene en Once, sin pagarles horas extras ni viáticos. Cada Ministerio debe
aportar los empleados para cumplir tres turnos mensuales. Si bien en el Gobierno
se encargan de remarcar que las tareas son “estrictamente voluntarias”, cuando
se habla con los empleados, en estricto off the record, aseguran que rechazar
el pedido no es bien visto por los jefes, según publicó el diario La Nación.
Cuando se aproxima la fecha de realizar el
timbreo o de asistir al call center
se le comunica a un agente de cada sector, en cada Ministerio, que es el
encargado de organizar su dependencia y de reunir el cupo que sea necesario. Si
bien se anotan los empleados que quieren, hay que llegar al número estipulado y
si son pocos los empleados de ese sector, la rotación es menor.
En el call center, las horas de trabajo se
miden en llamadas exitosas: el objetivo ronda los 1.300 por turno. En ambos
casos, no se les paga un extra (justamente son voluntarios) ni se les
proporciona la llegada al lugar. Cada uno debe garantizar su medio de
transporte. A modo de “compensación” se les entregan golosinas y dulces, y al
final de la jornada se rifan tazas o remeras del Gobierno de la Ciudad como un
premio.
El primer trabajador. Hace dos semanas, el
presidente Maurice Macri se expresó a favor de trabajar hasta los domingos, al apuntar
contra las normas laborales que obligan a los empleadores a pagar extras los días
no laborables. Sin embargo, lejos de dar el ejemplo, el ingeniero que gobierna
el país suma 23 días de descanso en lo que va de 2017 y 64, desde que asumió la
Presidencia, en diciembre de 2015. En promedio, desde el comienzo de su mandato,
Macri se tomó cuatro jornadas de descanso por mes, además de los fines de
semana, los feriados y las licencias por razones de salud, calculó Página 12.
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