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El Pelafustán

22.4.17

Fanfarronerías neoliberales








El video de Viggo Mortensen y algunos maurismos.    

Datapuntochaco 

Fanfarrones neoliberales. Quien halló esa precisa definición de Maurice Macri y Paul Avelluto fue el actor estadounidense Viggo Mortensen, quien pidió al ingeniero que gobierna el país y su secuaz de Cultura que se dejen de joder y no destruyan el cine argentino.
El protagonista de El señor de los anillos y Promesas del Este se expresó a través de un video difundido en las redes por la Asociación de Directores de Cine (PCI), en la que se lo ve con una remera de su equipo de fútbol, San Lorenzo, en defensa de la autarquía del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), donde el maurismo irrumpió para favorecer a sus amigos y sus negocios.
“Los sistemas de apoyo estatal al cine en países como Argentina y Francia son ejemplos únicos y exitosos del fomento cultural, y son admirados en todo el mundo. El cine argentino se autofinancia y es una fuente de orgullo para todos los argentinos”, dice Mortensen en el video de 35 segundos.
“Así que Macri, Avelluto y todos los fanfarrones neoliberales: déjense de joder. No a la destrucción del cine argentino”, reclama el actor ante el atropello maurista contra el Incaa, a cuyo presidente, Alejandro Cacetta, el secretario de Cultura echó por supuestos “manejos espurios”.

Autocrítica I. El presidente Maurice Macri afirmó que los argentinos están “cansados de la violencia, de la patota y de la mafia”. Lo dijo al dialogar telefónicamente en su despacho de la residencia de Olivos con Raúl Balbo, padre del joven hincha de Belgrano de Córdoba que murió tras ser agredido en el estadio Mario Kempes, en un hecho por el que están detenidas e imputadas varias personas.
Es cierto: una gran parte de los argentinos están cansados de su gobierno.

Autocrítica II. “Ella debería tomar conciencia de que su situación de supuesta resistencia daña al país, a la reputación de la Argentina en el mundo y a las posibilidades de inversiones. Ya no es una cuestión doméstica de debate de modelos políticos, ella está dañando la reputación del país”, dijo la titular de la Oficina Anticorrupción (OA), la macrista Laura Alonso, sobre la procuradora Alejandra Gils Carbó. Más que la jefa de los fiscales, quien daña la reputación del país es Alonso al ocupar un cargo para el que, a todas luces, no está preparada.

Trabajar por una remera. Horatio Rodríguez Larreta obliga a empleados de la Ciudad de Buenos Aires a cubrir los turnos del call center que el Gobierno porteño tiene en Once, sin pagarles horas extras ni viáticos. Cada Ministerio debe aportar los empleados para cumplir tres turnos mensuales. Si bien en el Gobierno se encargan de remarcar que las tareas son “estrictamente voluntarias”, cuando se habla con los empleados, en estricto off the record, aseguran que rechazar el pedido no es bien visto por los jefes, según publicó el diario La Nación.
Cuando se aproxima la fecha de realizar el timbreo o de asistir al call center se le comunica a un agente de cada sector, en cada Ministerio, que es el encargado de organizar su dependencia y de reunir el cupo que sea necesario. Si bien se anotan los empleados que quieren, hay que llegar al número estipulado y si son pocos los empleados de ese sector, la rotación es menor.
En el call center, las horas de trabajo se miden en llamadas exitosas: el objetivo ronda los 1.300 por turno. En ambos casos, no se les paga un extra (justamente son voluntarios) ni se les proporciona la llegada al lugar. Cada uno debe garantizar su medio de transporte. A modo de “compensación” se les entregan golosinas y dulces, y al final de la jornada se rifan tazas o remeras del Gobierno de la Ciudad como un premio.

El primer trabajador. Hace dos semanas, el presidente Maurice Macri se expresó a favor de trabajar hasta los domingos, al apuntar contra las normas laborales que obligan a los empleadores a pagar extras los días no laborables. Sin embargo, lejos de dar el ejemplo, el ingeniero que gobierna el país suma 23 días de descanso en lo que va de 2017 y 64, desde que asumió la Presidencia, en diciembre de 2015. En promedio, desde el comienzo de su mandato, Macri se tomó cuatro jornadas de descanso por mes, además de los fines de semana, los feriados y las licencias por razones de salud, calculó Página 12.

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