El verdadero sinceramiento
La plaza del aguante | FACEBOOK.
▪ En Corrientes, Kicillof le pidió a Macri que deje de mentir sobre la “pesada herencia” y el “segundo semestre” de felicidad que promete. Datos reales del ajuste que le provoca “dolor” al ingeniero.
“En lugar de sincerar
la economía, el que debe sincerarse es Macri”, dijo Axel Kicillof en
Corrientes. El ingeniero que gobierna la Argentina debería dejar de hablar del
pasado (la “pesada herencia”) y del futuro (“todo va a mejorar en el segundo
semestre”) y hablar del presente, recomendó el exministro de Economía en la
plaza Cabral, devenido en centro de convocatoria progresista en la capital de
una de las provincias más conservadoras del país. Allí estuvo, a principios de
mayo, Martín Sabbatella, de Nuevo Encuentro.
Kicillof casi llenó el viernes 27 una plaza en una sociedad desmovilizada y desmotivada políticamente como
la correntina, donde marcó las
falacias del discurso oficialista, entre ellas la que dice que hace cuatro años
el país no crece, cuando, en marzo último, el mismísimo ministro de Hacienda, Alfonso
Prat-Guey (según la pronunciación del diputado nacional del FPV), participó del
anuncio de que la economía argentina había crecido 2,1% en 2015.
Macri disfrazó con
la palabra “sinceramiento” el más brutal ajuste implementado en el país en más
de una década. Hace poco, dijo, cínicamente, que ese “sinceramiento” le duele,
como si ese supuesto dolor pudiese compararse con la angustia, desazón y
desesperación de los millones de argentinos que descienden estrepitosamente
hacia la pobreza e indigencia desde que él asumió la Presidencia, el 10 de
diciembre último.
Además del cinismo,
el mensaje presidencial se caracteriza por la pobreza léxica y la riqueza de minucias
consignistas. “Sinceramiento”, “revolución de la alegría” y “pobreza cero” son
tropos pensados desde el descaro. El sinceramiento es en rigor
brutal ajuste, la alegría es desolación por el ajuste, la pobreza cero
(incongruente con el sistema capitalista que defiende Macri) es pobreza que
suma ceros. El levantamiento del cepo fue en verdad devaluación del 60%, la
lluvia de dólares prometida es en verdad fuga de capitales y los ñoquis
despedidos de los organismos públicos son en verdad, como dijo Kicillof,
empleados que sobran porque empieza a faltar Estado.
Uno de los números
de la “pesada herencia”, el único ofrecido hasta ahora por el todavía
clausurado Indec, es que en 2015 el PBI creció 2,1% interanual, como lo anunció,
allá por marzo, el titular del organismo, Jorge Todesca. En el último trimestre del
año pasado, el crecimiento fue del 0,9%. Hubo alzas del 6,4% en el sector agropecuario, del 3,9% en la generación
de electricidad, gas y agua, y del 5% en construcción. Solo la actividad
industrial mostró un retroceso acumulado de 1%.
En cambio, la
devaluación nominal del 60% y la simultánea disminución o supresión de
retenciones dispuestas por el gobierno de Macri produjeron un salto
inflacionario que pasó del 1,7% de octubre de 2015 al 6,5% de abril, por el
fuerte aumento en las tarifas de servicios públicos. El índice anualizado es de
40,7%. Esto implicó una
caída del poder adquisitivo del salario del 12% y una fuerte retracción del consumo,
que en abril fue del 6,6% interanual.
A diferencia de 2015, la construcción cayó 22,7% en los cuatro primeros meses de 2016. La industria retrocedió 3,4% interanual en el primer bimestre del año, según datos de la UIA. Pero los cambios verificados en la composición del comercio exterior sugieren que estas son apenas las primeras brisas de un viento helado que se aproxima. “Se advierte un ascenso en las importaciones de vehículos finales (44%) y bienes de consumo (6%) […] Además de los automóviles, entre los bienes que más aumentaron sus importaciones se encuentran juguetes, muebles, calzado, abonos”.
La plaza Cabral, el viernes. | Facebook
A diferencia de 2015, la construcción cayó 22,7% en los cuatro primeros meses de 2016. La industria retrocedió 3,4% interanual en el primer bimestre del año, según datos de la UIA. Pero los cambios verificados en la composición del comercio exterior sugieren que estas son apenas las primeras brisas de un viento helado que se aproxima. “Se advierte un ascenso en las importaciones de vehículos finales (44%) y bienes de consumo (6%) […] Además de los automóviles, entre los bienes que más aumentaron sus importaciones se encuentran juguetes, muebles, calzado, abonos”.
No hubo la lluvia
de dólares pronosticada y lo que se incentivó fue la fuga de capitales, que en
el primer bimestre del año fue de 3.000 millones de dólares mensuales, 364% más
que en el mismo periodo del año anterior. Esta hemorragia recién se contuvo en
marzo, cuando el Banco Central llevó al 38% la tasa de las Lebac, lo cual es
tóxico para la inversión y promueve la especulación financiera, resume HoracioVerbitsky en Página 12, a partir de datos del Centro de Investigación y Formación de la
República Argentina (CIFRA).
Al 30 de abril, la
cantidad de despidos fue de 139.000 y las suspensiones sumaron 14.000, con lo
cual se llega a 154.000 personas sin trabajo entre despedidos y suspendidos
desde que asumió Macri. De los cesanteados, el 39% es del sector público y el
61%, del privado, según datos del Centro
de Economía Política Argentina (CEPA).
Estos datos, que implican
una descomunal transferencia de ingresos hacia los sectores más poderosos,
constituyen el verdadero sinceramiento. Pero hay otros más sobre los cuales
Macri debería sincerarse, como sus cuentas offshore
reveladas por la investigación Panama
Papers, las derivaciones del caso Lázaro Báez, que lo rozan; la embestida político-judicial
para borrar al kirchnerismo, los aprietes a los fácilmente extorsionables
gobernadores (entre ellos, el de Chaco) y popes sindicales de las CGT, y si, a
partir del blanqueo de capitales que presentó en las últimas, repatriará sus
millones de dólares depositados en Bahamas...
En un artículo en el diario español El País, el periodista Ernesto Tenembaum, acérrimo crítico del kirchnerismo, describe las
escupidas para arriba de Macri . “En la Argentina, en estos meses, en medio del
aluvión de datos sobre la corrupción de los Kirchner, se cuela una sensación
molesta. El zar de la obra pública kirchnerista, en algunos negocios, era socio
del primo del actual presidente. El rey de los juegos de azar de Néstor y
Cristina, un tal Cristóbal López, es socio de un hombre muy cercano a Macri en
el Hipódromo de Buenos Aires. Cristina Fernández está procesada por malvender
dólares del Estado: entre los compradores hay funcionarios macristas. En los
desfalcos producidos en el mundo del fútbol aparece una y otra vez el
presidente de Boca Juniors, otro hombre del entorno presidencial. Parece que
detrás de todo gran hecho de corrupción kirchnerista, se asoma un socio menor
vinculado al actual Gobierno. Pero el sorprendente consenso social que rodea a
Macri facilita que evite contar cómo pasó”.
“Lavarropas con
wifi. Si mi abuela volviese por un instante diría ‘¿esto es un plato volador o
un lavarropas?’”, bromeó Macri en Córdoba, cuando visitó la planta de la empresa José Alladio e Hijos, que lanzó
un modelo de artefacto con conectividad. Macri debería saber que los lavarropas
no vuelan y que aún no hay certezas respecto de si los platos voladores tienen
wifi.
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