¿Me explicás qué pasa?
Redrado y la inflación. | CAPTURA DE PANTALLA
▪ Un tuit de Martín Redrado intenta explicar a su pareja, la vedette Amalia Granata, por qué el kilo de helado cuesta 180 pesos. El economista le echa la culpa a Kicillof. Estos mensajes que simplifican brutalmente procesos complejos están a la orden del día en los medios y las redes sociales. Y calan hondo en un sector de la sociedad predispuesto a llevar a la categoría de befa las opiniones y posicionamientos políticos, y reaccionar con violencia.
Datapuntochaco
Editores
El
economista Martín Redrado, del Frente Renovador, intentó explicarle a su actual
pareja, Amalia Granata, por qué el kilo de helado cuesta 180 pesos. Lo hizo a
través de Twitter, donde la vedette
(@AmelieGranata) preguntó: “$180 el kilo de helado @martinredrado me explicás
qué pasa con la economía de nuestro país?”.
El
extitular del Banco Central, titular de la CNV durante el menemismo, con
posgrado en Harvard, traído al país por el exministro de Economía Domingo
Cavallo en los 90, respondió que la culpa de que el kilo de helado cueste 180
pesos es de Axel Kicillof, el actual ministro de Economía.
“@AmelieGranata
Mientras Kiciloff [es Kicillof] siga usando al BCentral como ‘caja’ del
gobierno, habrá pesos excedentes y por ende presión sobre precios”, escribió el
economista en su cuenta, dando “cátedra” sobre un tema tan sensible para los
argentinos.
Tras
la difusión en los medios de esos tuits, llovieron las preguntas a Redrado, con
quien, como Granata, los tuiteros quisieron calmar su avidez por una
explicación de los fenómenos más complejos de la economía. @Don_Pep preguntó: “5
Guaymallén por 9 pesos? @martinredrado me explicás qué pasa con la economía de
nuestro país?”. Y @FacuPazSosa: “@martinredrado $4 la ficha del metegol, a mí
también explicame qué pasa con la economía de nuestro pais?”
La
explicación sobre la inflación de Redrado es como decir que llueve porque hay
nubes. No solo carece de rigor, sino que es más bien una chicana para pegarle
duro al ministro de Economía y reinstalar el tema de la inflación en la opinión
pública, caballo de batalla de la oposición política y periodística.
Los
mensajes veleidosos e irresponsables de dirigentes políticos y exfuncionarios
como el del tuit de Redrado calan muy hondo en sectores de la sociedad que abrigan el odio y
el resentimiento más descarnado en tiempos en que el reconocimiento de derechos
marcaron el rumbo de las políticas oficiales. Es en la bien llamada por Eduardo
Aliverti “clase mierda” argentina, que despotrica sin ton ni son en las redes
sociales contra la presidenta Cristina Fernández y la denigra por ser mujer,
donde más eco encuentran esas baladronadas.
Provoca
repulsión cómo las mismas mujeres, envenenadas con los mensajes misóginos que
les llegan a través de los medios opositores, son las que más atacan en las
redes sociales al propio género, poniendo en evidencia que el machismo más
deleznable no es privativo de los hombres.
Hace
unos días, ante la amenaza de malloneros de cortar el tránsito del puente
General Belgrano, que une las capitales de Chaco y Corrientes, una joven,
indignada por esa posible medida, dejó el siguiente comentario en Facebook: “Se
cagan en gente como esta que anda en el río llueva truena calor frío y a las
putas q no cierran las piernas le [les] aumentan por que sí... por favor! Maten
a los inmundos que nos representan”.
Otra
comentó: “Podrida de que hagan este tipo de protesta y que tengamos que pagar
los que no tenemos nada que ver, si saben que no cortando el puente le van a
dar lo que quieren, la gente que labura ya no tiene prioridad y se ve reflejado
cada día más, asignación a personas trans, sueldo a los presos, vacaciones y
encima aguinaldo. La delincuencia abunda en nuestro país y es porque el mayor
delincuente se encuentra gobernando al país, nuestra querida presidenta! Vallan
[en vez de vayan] a trabajar hermanos dejen de perder tiempo que no van a
recibir nada...”.
Violencia, discriminación e intolerancia en Facebook.
No
es interés del blog otorgarle importancia a los comentarios en Facebook, que son raptos que encubren, bajo la forma de la ira o la indignación,
sentimientos como el resentimiento. Sí interesa marcar de dónde se nutre
semejante grado de violencia verbal, de intolerancia y desprecio.
Los grandes medios de comunicación, con cuentas falsas en Facebook y
Twitter, desparraman todos los días mentiras, falsas noticias e
interpretaciones sesgadas de toda medida que toma el Gobierno, con el fin de encender
a quienes ya tiene vocación de vomitar públicamente contra el kirchnerismo.
El
caso de la joven que habla de las “putas que abren las piernas” es quizá el más
repudiable. Sin detenerse en a quiénes se refiere (es bastante obvio que alude
a las que cobran la asignación universal por hijo, AUH), el mensaje reproduce
la incapacidad (por decirlo de manera elegante) que tienen algunos en entender
lo que es un derecho reconocido a los niños (no a las madres) y que incluso es
defendido por un amplio sector de la oposición.
En
las ediciones digitales de los grandes medios argentinos predomina ese tipo de
mensajes. Lo grave es que, más allá de la libertad que tienen todos de expresar
y decir lo que sienten, la opinión y el comentario sobre asuntos políticos se
degradan a la categoría de befa, porque los medios manipulan la información de
tal manera de asegurarse una reacción negativa. Ocurrió con el proyecto de ley para
otorgar un subsidio a personas trans en la ciudad de Buenos Aires (puede leerse al respecto una nota en Más).
Como
Redrado, los medios tienden a simplificar brutalmente asuntos y procesos
complejos e invitan al cliché. “Agarren un pico y una pala y vayan a laburar”,
suelen decir algunos indignados cada vez que ciertos sectores desprotegidos le
reclaman algo al Estado.
Ahora
bien, se sabe que en los organismos de los poderes Ejecutivo y Legislativo pulula
una cantidad, hasta ahora desconocida públicamente, de gente que cobra sin
trabajar. Son los que habitualmente llamados ñoquis, que le cuestan al Estado mucho
dinero. La mayoría –también se sabe– cobran sueldos altos y si no los cobran, es porque
quienes los designan se quedan con una gran porción del dinero destinado para
ellos o reparten entre varios lo que les correspondería a uno o dos.
Sin
embargo, los indignados de las redes sociales nada dicen de esa verdadera
lacra, ni de la cantidad de supuestos proveedores del Estado que cobran sin
prestar servicio alguno, otra verdadera lacra, que expolia los dineros públicos.
¿Por
qué los predicadores del pico y la pala no les mandan a laburar, con pico y
pala, a los ñoquis? ¿No será que, además de ignorantes, insensibles y clasistas,
son unos tremendos hipócritas? @martinredrado, ¿me explicás qué pasa?
0 comentarios:
Publicar un comentario