¿Por qué suben los precios?
La Presidenta y el secretario de Comercio. | Presidencia.
▪ Solamente 28 compañías producen el 75 por ciento de los alimentos que consumen los argentinos todos los días. Esas firmas le ponen el “precio de referencia” a casi 8 de cada diez productos de las góndolas. El Gobierno falla en atacar a los comerciantes y no a los verdaderos generadores de inflación.
Por Javier Álvarez
Meridiano Actual
La enorme concentración de la producción de alimentos en la Argentina es una de las mayores responsables de la suba permanente de precios en las góndolas. Y el Gobierno falla en atacar a los comerciantes y no a los formadores de inflación.
Ir al almacén y encontrar que el puré de tomate o los fideos subieron 20 o 30 centavos de un día para el otro ya es una costumbre en la Argentina. O a veces, el precio se mantiene, pero el paquete trae menos contenido que hace un mes.
La situación golpea principalmente a los que menos ganan o no cuentan con un salario mensual y viven el día a día. Los que están en la base de la pirámide dedican hasta el 80 por ciento de sus ingresos a alimentos, bebidas y artículos de limpieza.
Claro que la enorme liquidez que hay en la economía del país influye. Pero podemos considerar que la emisión de pesos por parte del Banco Central no genera inflación sino que la legitima. Eso no exculpa al Gobierno.
Como hay tanto dinero en la calle y los controles del Estado flaquean, las empresas aumentan sus precios según el comportamiento de la demanda. Y es un círculo: ante mayor inflación, mayor consumo y menos ahorro.
Los precios suben, todo se encarece. El mercado inmobiliario suele ser un resguardo de capital, pero ahora está abierto solo a los que tienen dólares o ganan muy bien. Y las opciones financieras son escasas: un plazo fijo paga la mitad que la inflación real. Entonces no hay ahorro y se adelantan consumos.
El Estado, representado por el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, controla las góndolas, presiona a los supermercados independientes y almacenes de barrio, pero no ataca el problema de raíz: la formación de los precios en la mesa chica de la producción o a las grandes cadenas, que también poseen marcas propias.
Solo 28 compañías producen el 75 por ciento de los alimentos que consumen los argentinos todos los días. Esas firmas le ponen el “precio de referencia” a casi 8 de cada diez productos de las góndolas.
Se quedan con el 60 por ciento de la facturación, cuando en 2003 se quedaban con el 54. Eso indica que la concentración aumentó en la última década. Ante el temor de que se generara escasez, el Estado dio luz verde al oligopolio.
Según indica la Federación de Supermercados y Asociaciones chinas de la Argentina (Casrech), 26 firmas son multinacionales y solamente dos compañías de esas 28 son argentinas: Arcor SA y Molinos SA.
Arcor es la principal empresa de alimentos de Argentina y la mayor exportadora mundial de caramelos: le vende a más de 120 países de los cinco continentes. En 29 plantas produce alimentos, chocolates, galletitas, golosinas y helados.
Molinos es dueña de 21 marcas y comercializa al año unos 900 millones de productos en el mercado interno, lo que representa el 11 por ciento de la canasta de alimentos de Argentina, según números de la firma.
La fuerte concentración del mercado radica en que, por ejemplo, el 80 por ciento del aceite que se consume lo producen dos empresas, Molinos y Aceitera General Deheza. El 78 por ciento de los lácteos lo manejan La Serenísima y Sancor.
A la hora de escoger un enlatado, como tomates y arvejas, la posición dominante la ejerce Arcor, que concentra el 70 por ciento. Y el 75 por ciento del azúcar que se consume es de Ledesma.
Se trata, sí, de sectores regulados de la economía. Es Moreno el que autoriza o deniega los aumentos que piden las empresas. Pero los ajustes se ven luego más elevados en las góndolas que la autorización determinada. Y es esa una de las explicaciones sobre por qué el Indec ve menos alzas de los que realmente se producen.
La Argentina fue en 2011 y 2012, por ejemplo, es uno de los tres países de América Latina con mayor inflación en el rubro alimentos, con un ajuste 13,1 y 13,8 por ciento oficial. Las estimaciones privadas dicen que las subas fueron del 37 por ciento.
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