¿Y si Snowden hubiera estado en el avión?
Evo saluda desde el avión, en el aeropuerto de Viena. | AFP
▪ Stella Calloni analiza la bochornosa decisión de cuatro países europeos de impedir sobrevolar por su territorio a la aeronave del presidente de Bolivia, debido a las sospechas de que iba en ella el exagente de la CIA. La sumisión de la UE a EE. UU. y la dignidad de Evo y América Latina.
Por Stella Calloni
Télam
La prohibición de los países europeos al sobrevuelo y aterrizaje del avión presidencial de Evo Morales por su territorio, a causa de la sospecha de llevar de incógnito al ex agente de la CIA Edward Snowden, dejan al descubierto la subordinación de la Unión Europea ante los designios del gobierno de Estados Unidos.
En una reacción urgente en las últimas horas el presidente del Parlamento de la Unión Europea (UE), Martin Schulz, calificó como “inaceptable” y “ridículo” lo actuado por cuatro países europeos, que en un bochornoso acto prohibieron el vuelo del avión del presidente de Bolivia Evo Morales y su comitiva sobre sus espacios aéreos, violando todas las normas internacionales y poniendo el peligro la vida del mandatario.
“Los europeos no podemos dejar de respetar las reglas del derecho internacional" dijo Schulz, en España, indicando la necesidad de que se informe quién dio las órdenes a Francia, Italia, Portugal y España para cometer el grave acto de "cancelar de manera abrupta" los permisos de vuelos que tenía asegurada la aeronave presidencial.
Schulz tomó en cuenta una serie de reacciones de diversos sectores sociales y políticos de Europa en momentos de graves conflictos por la rebelión de las sociedades de esos países, que intentan ser retraídas en su situación y conquistas sociales a los años más oscuros.
Esta y otras reacciones que están surgiendo se producen en momentos en que presidentes y altos funcionarios de países que integran la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) reunidos en Cochabamba, Bolivia, el pasado 4 de julio, rechazaron con fuerza la actuación los gobiernos europeos, que violaron el derecho internacional y la inmunidad presidencial convirtiendo al presidente boliviano "virtualmente en un rehén”, lo que constituye “una violación de los derechos no solo del pueblo boliviano, sino de todos los países y pueblos de Latinoamérica”
Señala Unasur que esto es un peligroso precedente “en materia del derecho internacional vigente”. Además, se solicitó que los gobiernos comprometidos en esta acción pidan las disculpas correspondientes y apoyaron las denuncias de Bolivia ante Naciones Unidas y todas las acciones necesarias en tribunales y otras instancias. Se creó una Comisión de Seguimiento sobre estos hechos, convocando a la ONU y organismos regionales “que aún no lo han hecho, a pronunciarse sobre este hecho injustificable y arbitrario".
Datos y consecuencias
Todo comenzó cuando el pasado 2 de julio el presidente boliviano retornaba a su país, después de mantener reuniones oficiales en Rusia, cuando sorpresivamente, y poco antes de llegar a Francia, el gobierno le prohíbe a la nave sobrevolar el espacio aéreo, lo que lo obliga a una serie de maniobras, encontrándose con que Portugal, Italia y España le niegan también el paso con el pretexto de que existía “la sospecha” de que en el vuelo estaba el ex agente de la CIA Edward Snowden. El avión aterrizó forzosamente en Viena, Austria, cuyo aeropuerto no pudo abandonar durante más de 13 horas, lo que algunos medios europeos calificaron como “secuestro” .
Nadie ignoraba que el avión presidencial de la Fuerza Aérea Boliviana tenía escasa autonomía de vuelo, lo que hubiera podido terminar en una catástrofe criminal. Y todo por una “sospecha” de Washington. Si Snowden hubiera estado en el avión, ¿lo derribarían o lo hubieran dejado estrellarse por falta de combustible?
Los detalles muestran la gravedad de lo actuado: la “sospecha” ya era una falta de respeto a un mandatario y, más aún, había sido instalada por orden directa de Washington. Esto sucedía cuando algunos países europeos “revisaban” las relaciones con Estados Unidos por el tema del espionaje estadunidense, lo que es un hecho gravísmo en las relaciones internacionales.
Finalmente, España accedió al reabastecimiento del avión en Canaria, después de recibir la orden de Estados Unidos y de conocer que Austria había desmentido la presencia de Snowden.
Existe otro detalle agravante, el intento del embajador español en Viena, quien llegó al aeropuerto donde estaba Morales y lo invitó a tomar “un cafecito” en el avión. La burda insinuación destinada a comprobar si Snowden estaba en el vuelo mereció una respuesta diplomática histórica de Evo, quien sonriente le respondió “No” aduciendo cuestiones de soberanía y derechos, todo con enorme dignidad.
Mientras recibía el apoyo irrestricto de varios presidentes, como Cristina Fernández de Kirchner que fue clarísima en su posición desde el primer momento.
Lo sucedido no debe ser analizado solo como una afrenta a toda América Latina y al mundo en general, sino para los propios pueblos europeos, que han tenido una evidencia plena sobre el hecho de que sus gobiernos dependen de las decisiones y las órdenes de un país extranjero.
También se trata de una amenaza abierta a a toda América Latina, el Caribe y el mundo, sobre desconocimiento de soberanías y derechos.
Si la ONU continúa en un cómplice silencio, estaremos ante otro hecho consumado de gravísimas consecuencias futuras. Washington ha expuesto –y debemos analizar si a propósito o no– la subordinación colonizada de los gobiernos europeos a sus órdenes, lo que demuestra un grado de dependencia, que no ha sido comunicada a las sociedades ni a los parlamentos europeos.
Esa misma dependencia hizo vaciar las arcas europeas para sostener las guerras coloniales del siglo XXI que Estados Unidos necesitaba en su nuevo proyecto de dominación mundial y de las que resulta el principal beneficiado.
Ahora esos gobiernos europeos desnudan ante ante el mundo su verdadera relación con Washington, suicidándose política y económicamente. ¿Cómo podrán mantener sus proyectos de inversiones, de negocios, de acuerdos con los países integrados de una región como la nuestra que desprecian como demostraron y manifestando semejante estado de dependencia y sumisión?
En una reacción urgente en las últimas horas el presidente del Parlamento de la Unión Europea (UE), Martin Schulz, calificó como “inaceptable” y “ridículo” lo actuado por cuatro países europeos, que en un bochornoso acto prohibieron el vuelo del avión del presidente de Bolivia Evo Morales y su comitiva sobre sus espacios aéreos, violando todas las normas internacionales y poniendo el peligro la vida del mandatario.
“Los europeos no podemos dejar de respetar las reglas del derecho internacional" dijo Schulz, en España, indicando la necesidad de que se informe quién dio las órdenes a Francia, Italia, Portugal y España para cometer el grave acto de "cancelar de manera abrupta" los permisos de vuelos que tenía asegurada la aeronave presidencial.
Schulz tomó en cuenta una serie de reacciones de diversos sectores sociales y políticos de Europa en momentos de graves conflictos por la rebelión de las sociedades de esos países, que intentan ser retraídas en su situación y conquistas sociales a los años más oscuros.
Esta y otras reacciones que están surgiendo se producen en momentos en que presidentes y altos funcionarios de países que integran la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) reunidos en Cochabamba, Bolivia, el pasado 4 de julio, rechazaron con fuerza la actuación los gobiernos europeos, que violaron el derecho internacional y la inmunidad presidencial convirtiendo al presidente boliviano "virtualmente en un rehén”, lo que constituye “una violación de los derechos no solo del pueblo boliviano, sino de todos los países y pueblos de Latinoamérica”
Señala Unasur que esto es un peligroso precedente “en materia del derecho internacional vigente”. Además, se solicitó que los gobiernos comprometidos en esta acción pidan las disculpas correspondientes y apoyaron las denuncias de Bolivia ante Naciones Unidas y todas las acciones necesarias en tribunales y otras instancias. Se creó una Comisión de Seguimiento sobre estos hechos, convocando a la ONU y organismos regionales “que aún no lo han hecho, a pronunciarse sobre este hecho injustificable y arbitrario".
Datos y consecuencias
Todo comenzó cuando el pasado 2 de julio el presidente boliviano retornaba a su país, después de mantener reuniones oficiales en Rusia, cuando sorpresivamente, y poco antes de llegar a Francia, el gobierno le prohíbe a la nave sobrevolar el espacio aéreo, lo que lo obliga a una serie de maniobras, encontrándose con que Portugal, Italia y España le niegan también el paso con el pretexto de que existía “la sospecha” de que en el vuelo estaba el ex agente de la CIA Edward Snowden. El avión aterrizó forzosamente en Viena, Austria, cuyo aeropuerto no pudo abandonar durante más de 13 horas, lo que algunos medios europeos calificaron como “secuestro” .
Nadie ignoraba que el avión presidencial de la Fuerza Aérea Boliviana tenía escasa autonomía de vuelo, lo que hubiera podido terminar en una catástrofe criminal. Y todo por una “sospecha” de Washington. Si Snowden hubiera estado en el avión, ¿lo derribarían o lo hubieran dejado estrellarse por falta de combustible?
Los detalles muestran la gravedad de lo actuado: la “sospecha” ya era una falta de respeto a un mandatario y, más aún, había sido instalada por orden directa de Washington. Esto sucedía cuando algunos países europeos “revisaban” las relaciones con Estados Unidos por el tema del espionaje estadunidense, lo que es un hecho gravísmo en las relaciones internacionales.
Finalmente, España accedió al reabastecimiento del avión en Canaria, después de recibir la orden de Estados Unidos y de conocer que Austria había desmentido la presencia de Snowden.
Existe otro detalle agravante, el intento del embajador español en Viena, quien llegó al aeropuerto donde estaba Morales y lo invitó a tomar “un cafecito” en el avión. La burda insinuación destinada a comprobar si Snowden estaba en el vuelo mereció una respuesta diplomática histórica de Evo, quien sonriente le respondió “No” aduciendo cuestiones de soberanía y derechos, todo con enorme dignidad.
Mientras recibía el apoyo irrestricto de varios presidentes, como Cristina Fernández de Kirchner que fue clarísima en su posición desde el primer momento.
Lo sucedido no debe ser analizado solo como una afrenta a toda América Latina y al mundo en general, sino para los propios pueblos europeos, que han tenido una evidencia plena sobre el hecho de que sus gobiernos dependen de las decisiones y las órdenes de un país extranjero.
También se trata de una amenaza abierta a a toda América Latina, el Caribe y el mundo, sobre desconocimiento de soberanías y derechos.
Si la ONU continúa en un cómplice silencio, estaremos ante otro hecho consumado de gravísimas consecuencias futuras. Washington ha expuesto –y debemos analizar si a propósito o no– la subordinación colonizada de los gobiernos europeos a sus órdenes, lo que demuestra un grado de dependencia, que no ha sido comunicada a las sociedades ni a los parlamentos europeos.
Esa misma dependencia hizo vaciar las arcas europeas para sostener las guerras coloniales del siglo XXI que Estados Unidos necesitaba en su nuevo proyecto de dominación mundial y de las que resulta el principal beneficiado.
Ahora esos gobiernos europeos desnudan ante ante el mundo su verdadera relación con Washington, suicidándose política y económicamente. ¿Cómo podrán mantener sus proyectos de inversiones, de negocios, de acuerdos con los países integrados de una región como la nuestra que desprecian como demostraron y manifestando semejante estado de dependencia y sumisión?
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