No hay lluvia de inversiones; lo único que llueve es malaria
▪ El segundo semestre del gobierno de Macri arroja solo números negativos: el país entró en recesión, las tarifas se volvieron impagables, se destruyeron 250.000 puestos de trabajo, las importaciones que crecieron son para el consumo. Eso es solo el efecto de la devaluación del 40% aplicada apenas asumió Cambiemos. ¿Qué va a ocurrir ahora con una economía en caída? Inflación quizá no haya. Los muertos no tienen fiebre.
Pasan cosas y pasan cosas que no son
buenas. Lamento contradecir la línea editorial de los principales medios de
este país (…) Hoy les quiero contar una breve historia que me contó mi señora,
que fue a hacer unos trámites en las empresas de luz y gas y volvió
conmocionada por las filas de gente tratando de ver cómo hace para sacar la
tarifa social o gente que lloraba porque las boletas de los servicios públicos
representan el 70%, 80% o 100% por ciento de los ingresos, sobre todo gente
mayor, que cobra una jubilación mínima, que estaba pagando 80 pesos y ahora debe
pagar 800 o 1.000 pesos en el gas o en la luz. Esto está pasando hoy en la
Argentina.
Yo sé que decirlo angustia, pero no tengo
opción, lo tengo que contar y decir, del mismo modo que tengo que decir que
este segundo semestre del gobierno de Cambiemos lo único que demuestra son
índices negativos. La Argentina entró en recesión, las tarifas se volvieron
impagables, se destruyeron 250.000 puestos de trabajo, las importaciones que
crecieron son para el consumo, no para producir; la lluvia de inversiones [prometida]
es una estafa.
Mauricio Macri se confesó en la asociación
de dirigentes cristianos de empresas. Dijo que si él hubiera dicho lo que iba a
hacer, mayoritariamente la gente habría votado por que fuera a un manicomio.
Carlos Menem dijo algo parecido, allá cuando era el dirigente político más
votado y querido del país. Porque lo que tiene la historia es eso: los que son
queridos en un momento dejan de serlo después. Alguien debería advertírselo a
Mauricio Macri, alguien debería decirle que también para él hay una historia
posterior, hay un segundo tiempo.
Y todos estos diarios, radios y canales que
aplauden cualquier barbaridad que haga, cualquier decreto que firme, cualquier
ley que mande al Parlamento, se le van a volver en contra. Cuando eso suceda,
el país va a estar destruido, saqueado.
La UIA ahora se queja. Dice que las importaciones
en rubros como marroquinería crecieron 83%; calzados, 46%; juguetes, 55%; bebidas,
45%; lavavajillas, 160%. Esto dicho así
no dice nada. Esto es trabajo extranjero que suplanta trabajo argentino. Esto va
a producir en este segundo semestre más despidos.
Del 2,4% a gente que no puede pagar las tarifas
La construcción se desplomó salvajemente. El
propio Indec, monitoreado por el FMI, acaba de decir que el año pasado la Argentina
creció 2,4%. Fue el país líder en la región en cuanto crecimiento económico. El
Indec de Macri lo dice… Ese mismo Indec dice que este año entramos en recesión.
Hay que tomar medidas como para que un país
que venía creciendo 2,4%, siete meses después entre en recesión y tenga este
panorama sombrío de gente llorando porque no puede pagar tarifas. Y esas
medidas tienen que ser lo suficientemente severas como para destruir aquello que más
o menos funcionaba y entrar en este declive.
Suena duro decirlo (…) ¿Le
reconocés algo al macrismo? En este segundo semestre, no. Han engañado a mucha gente, le
están haciendo daño a mucha gente. Es un
gobierno reaccionario, que se mete con todos, con los que tienen trabajo, y
ahora se están metiendo con aquellos que piensan distinto de ellos: los
persiguen, no les pagan los salarios. Hay un hostigamiento constante a todos
aquellos que osen contradecir las verdades del mercado que este presidente
quiere imponerle al grueso de la sociedad.
Lopérfido y el no te metás
Darío Lopérfido [ministro de Cultura
porteño] les dijo ayer a los artistas argentinos que actúen, que reciten, que digan
poemas, que canten, pero que se dejan de
hablar de política. Darío Lopérfido es
el mismo que puso en cuestión la cantidad de desaparecidos en este país, lo
cual banaliza el genocidio que vivimos los argentinos. También salió a acusar a
artistas; prácticamente, los trató de estafadores porque habrían trabajado para
el Estado en estos años.
No tengo mucho espacio para hablar de la
moral de un personaje que tiene afirmaciones como estas, pero sí me quiero
detener en este pequeño gran detalle: no hagan esto, no hagan lo otro; el disciplinamiento
que quieren imponerle a la sociedad, esta represión de carácter cultural, donde
aquel que tiene ideas políticas que no son las de Mauricio Macri se tiene que
callar la boca o quedarse sin trabajo. Los argentinos no construimos una
democracia hace tres décadas y pico para que alguien venga y nos diga que nos
callemos la boca. No estamos para eso. Nos costó mucho recuperar la libertad para que un
funcionario de cuarto nivel venga a decir amordácense, cállense porque [de lo
contrario] la van a pasar peor.
Hoy, en la Argentina tenemos un gobierno
que asumió prometiendo cosas que no cumplió, que asumió con una economía que
funcionaba y la descompuso, un gobierno que asumió prometiendo pluralismo y
libertad, pero que en los hechos se dedica a perseguir y a hostigar a quienes
no piensan como él. Y que hoy está operando para que el descontento social no
se vincule con el instrumento político que podría ser el kirchnerismo o el
Frente para la Victoria, como alternativa a los que hoy gobiernan el país,
porque el día que se vincule van a tener problemas de gobernabilidad. No le
estoy augurando esto. Lo he dicho más de una vez: que [el Gobierno] cumpla con
su mandato, que termine con su plan de gobierno. Nadie puede estar de acuerdo
con una crisis institucional, que finalmente nos termina golpeando a todos.
Los muertos no tienen fiebre
Pero hay que advertir que todas las medidas
que ha tomado este gobierno están produciendo un quiebre, una fractura, una
grieta, y están produciendo mucho dolor. La devaluación del 40% para muchos es
que las cosas son más caras, pero para millones de compatriotas es caerse del
sistema.
En la ciudad más rica del país, es impresionante
ver cómo la gente revuelve los tachos de basura, cómo han vuelto los cartoneros
a formar parte del paisaje; familias enteras te tocan el timbre y te piden un
plato de comida, ropa para los chicos. Y eso fue solo por la devaluación,
imaginemos qué va a ocurrir ahora con la recesión. Inflación quizá no haya. Los
muertos no tienen fiebre. El aparato
productivo va a camino a paralizarse y las consecuencias de eso son despidos y
suspensiones, y esos despidos y suspensiones son la destrucción del mercado
interno.
Las cosas que lo escuché decir a Funes de
Rioja (de la Copal) de Cristina Fernández de Kirchner y ahora se queja de
aquellos a los que apoyó. Ahora se queja porque vende menos. ¿Y cómo va a vender
más si la gente tiene menos plata en el bolsillo? Se quejan también otros
porque están importando. ¿Qué esperaban de un gobierno liberal? ¿Qué protegiera
la industria nacional? Han sido irresponsables, han apoyado aquello que los
daña. Desgraciadamente, ese daño no los afectará exclusivamente a ellos, porque
van a zafar, tienen fortunas… El tema es qué pasa con la sociedad, qué pasa con aquellos que hasta el año pasado
podían acceder a ciertos bienes y hoy no lo pueden hacer.
Esa fantasía de que importando algunas cosas
se logra controlar los precios lo que está tapando es que cuando ingresa
trabajo extranjero, se destruye trabajo nacional, que es la clave y el motor de la economía. Ponele
plata en el bolsillo al laburante, porque es el que mueve la economía.
Un dato más: la Argentina duplicó su deuda
externa. Esto pasó en apenas seis meses. Imaginemos qué es lo que va a seguir
ocurriendo en este segundo semestre, para el que prometían lluvia de
inversiones y lo único que llueve es malaria.
* Editorial de Caballero nocturno (radio Del
Plata), del 1.7.2016. Se realizaron algunos ajustes en el original para adecuar el texto oral al escrito.
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