Inicio
Urbanoblog
Más
Vademécum
El Pelafustán

19.5.19

Optar y votar


























▪  Más allá de estrategias y entretelones de la política partidaria, la fórmula F-F me sigue sonando a renunciamiento forzado, a poder machirulo exhibiendo su fálica prepotencia. 

José Luis Brés Palacio | DATAPUNTOCHACO


“Votaré por Cristina o por quien Cristina diga”, escribí en más de una oportunidad. En agosto y octubre, se volverá a hacer realidad. Mi voto no será otro que colocar en el sobre la boleta que encabezará Alberto Fernández. Con convicción pero sin pasión.
Es que las veces que voté por Cristina tenía la convicción de que dentro de ese sobre que metía en la urna iba mucho más que una simple papeleta electoral. Se iban también toda la pasión y la profunda alegría de poder expresar con mi voto a alguien que encarnaba mis convicciones políticas más profundas.
La mañana del sábado, levantando la tapa de los diarios porteños con distribución nacional, me sorprendió la noticia. El tuiteo de un video no hizo más que levantarme en vilo de la silla. La voz de Cristina me sonó extraña. Había algo en su tono y su modulación que me golpeaba en la cabeza como si fuera un eco de algo que estaba en mi memoria pero que no podía dilucidar qué era.
Al pasar las horas,  encontré la evidencia. El discurso de renunciamiento de Evita el 31 de agosto de 1951. Entonces, comenzaron a asaltarme otras coincidencias.
Dos mujeres amadas por su pueblo.
Dos mujeres que acumularon un poder inédito.
Dos mujeres que fueron también odiadas. Más, por sus congéneres.
Dos mujeres a las que un sistema machista atacó sin piedad alguna.
Dos mujeres difamadas por los medios de comunicación poderosos.
Dos mujeres que, en la plenitud de sus carreras políticas, se vieron obligadas a “dar un paso al costado”.
Dos mujeres.
Nuevamente, el sistema vuelve a ensañarse con una mujer que dignificó a los relegados, a los “nadies”, como decía Eduardo Galeano.
Más allá de estrategias y entretelones de la política partidaria, la fórmula F-F me sigue sonando a renunciamiento forzado, a poder machirulo exhibiendo su fálica prepotencia.
En agosto y octubre optaré por Alberto Fernández presidente.
Optaré.
Que quede claro.

0 comentarios: