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El Pelafustán

12.7.15

La paja kirchnerista, la viga radical













Fabián Ríos, intendente de Corrientes. | SP.

El boleto en la ciudad de Corrientes aumentó en más de 37%. La suba, impulsada por el dizque K intendente, tendrá un alto impacto en los sectores de bajos ingresos, usuarios cautivos del servicio. La oposición municipal rechazó la medida, pero solo fue una postura oportunista. La Provincia subió varias veces más la luz. Del “Clarín miente” al “La Nación también miente”. 

Datapuntochaco | ANÁLISIS 

Tres días después de las elecciones legislativas provinciales, el Concejo de la ciudad de Corrientes aprobó un aumento del boleto urbano de pasajeros, que pasó de 3,60 pesos a 4,95, lo que equivale a 37,5% más. Que un pasaje cueste casi 5 pesos  representa 80 pesos en una familia de cuatro integrantes que debe viajar al menos cuatro veces por día, lo que, contando solo los 22 hábiles del mes, suma un gasto mensual en transporte de 1760 pesos.
Por más números que se hagan intentando justificar la suba, el precio es alto si se tiene en cuenta que el de los colectivos un servicio público mayormente usado por los sectores que menos ingresos tienen y que no pueden usar un medio de transporte alternativo. Tienen que pagar sin chistar. Lo mismo ocurre en Resistencia, que por ahora el boleto cuesta 4 pesos, pero es inminente una suba.
La capital de Corrientes está gobernada por el dizque kirchnerista Fabián Ríos, sucesor de Camau Espínola en la Intendencia. El servicio urbano está prácticamente monopolizado por ERSA, que, como en el resto del país, es una empresa subsidiada por el Estado nacional. Según datos de la Secretaría de Transporte de la Nación, ERSA recibió en enero de este año 4.191.178,73 pesos en subsidios y en todo 2014, 45.743.923,32 pesos. Los subsidios que recibe el sistema son para, entre otros propósitos, compensar para que el precio del pasaje no se dispare. 
Lo extraño es que la misma gestión que impulsó una medida progresista como es la gratuidad del pasaje para los estudiantes de la ciudad –la medida entró en vigencia con Camau– impone un ajuste que, sin duda, tendrá un alto impacto en las modestas economías de la gran mayoría de los correntinos, en una provincia con los sueldos públicos y privados más bajos del país.
Aunque reacio a hacer declaraciones públicas, el intendente Ríos salió a explicar a través de la prensa el porqué de la suba, pero sus argumentos, además de poco convincentes, son inaceptables. Dijo que de algún modo debe sostenerse la “firme política de prestación social”, que significan los 14 millones de boletos estudiantiles gratuitos por año.
En primer lugar, si la Municipalidad debe pagarles a las empresas lo que estas no recaudan por los estudiantes, Ríos debería pensar en otras alternativas que no golpeen a los sectores de menores ingresos. En segundo lugar, el intendente apeló en su explicación a una comparación atendible, pero no admisible desde el punto de vista ideológico. Dijo que la empresa provincial de energía, la DPEC, había aplicado un aumento del 400% en las facturas de luz, sin embargo el electorado correntino votó el domingo pasado al oficialismo provincial, esto es la alianza de partidos que lidera la UCR. “Está claro que la gente lo termina comprendiendo [el aumento], si miramos los resultados electorales”, argumentó.
Es cierto que la DPEC aumentó el cargo fijo de la facturación en porcentajes por encima del 100%. Y es cierto también que la empresa Aguas de Corrientes, concesionaria del servicio, cobra lo que se le antoja, sin que el Estado provincial actúe como sí lo hace la Nación con las empresas de telefonía, por ejemplo. Pero esa es la diferencia entre la política nacional y la provincial, por lo que Ríos comete un gran error al equipararse con el gobierno conservador del radical Ricardo Colombi.
En el caso de la luz, el defensor del Pueblo de Corrientes, Miguel Alegre, acudió a la Justicia para frenar el tarifazo. No obtuvo una respuesta favorable, aunque logró al menos que no se corte el servicio a quienes no pagaron la nueva facturación hasta que la DPEC justifique el reajuste.
Ante esto, el interventor de la empresa, el ministro de Economía, José Vaz Torres, destrató varias veces públicamente a Alegre y hasta desafió el fallo judicial que dispuso que no se deje sin servicio a los usuarios. En este mismo blog se hizo un comentario al respecto, apenas ocurrida la afrenta del ministro, que suele comportarse habitualmente como un bravucón (en El púgil De Narváez y la prensa distraídaDistracción correntina).
Por otro lado, Corrientes no quiso firmar con la Nación el acuerdo energético por el que se congela la tarifa a cambio del financiamiento de inversiones. La administración provincial se victimiza y culpa a la Casa Rosada de discriminar a Corrientes, como si la provincia, por tener un gobierno radical, fuese desequilibrante en el concierto nacional. Nada más alejado de la realidad.
Ahora bien, los concejales leguleyos de la oposición a Ríos en el Concejo –entre los  que no hay ninguno de la UCR– pusieron el grito en el cielo por el aumento del boleto, pero nada dijeron cuando la DPEC facturó con subas varias veces superiores al 37,5% del transporte. 
Es fácil ver la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio... Y la oposición en la capital correntina, que es oficialismo en la provincia, hizo de esta paremia una forma de hacer política. Por ahora, con buenos resultados electorales.

La Nación también miente

El diario porteño La Nación informó ayer que el papa Francisco, en una firme decisión de inmiscuirse en los problemas de la Argentina, pidió, en un telegrama enviado a la presidenta Cristina Fernández, “mayor compromiso” con la justicia. El diario tradujo esa frase como una defensa abierta del papa al juez Luis Cabral, apartado por el Concejo de la Magistratura de una subrogancia.
“El papa pidió un mayor compromiso con la justicia en la Argentina”, tituló el diario conservador en la tapa de ayer sábado 11 de julio. Y conectó el saludo papal a la presidenta con “la grave tensión” entre el Gobierno y el Poder Judicial “por la remoción de jueces y su reemplazo por abogados y magistrados de confianza de la Casa Rosada”.  



La Nación y la lectura sesgada del mensaje papal. 

Sin duda, esa es una interpretación interesada de La Nación, cuya línea editorial es abiertamente pro corporación judicial y, en consecuencia, defiende a Cabral, un juez que está decidido a incumplir con la ley con tal de permanecer en un cargo al que llegó de manera cuestionable.
“Al sobrevolar la amada patria argentina para dar comienzo a mi visita pastoral a Paraguay, me alegra enviar un cordial saludo a vuestra excelencia [la presidenta argentina], expresando mi cercanía y afecto a esta querida nación, para la que pido al Señor copiosas gracias que le permitan progresar en los valores humanos y espirituales, acrecentando el compromiso por la justicia y la paz”, dice el telegrama enviado por Francisco antes de llegar a Asunción, el viernes.
Como se ve, el papa habla de seguir “acrecentando el compromiso” por la justicia y de la paz, esto es, alienta a profundizar un proceso ya iniciado. Con justicia, no se refiere al Poder Judicial, sino al término en cuanto valor y no institución.
La presidenta salió ayer a aclararlo en Facebook y Twitter: “Como siempre, una vez más, La Nación muestra la hilacha. Pero la mentira tiene patas cortas, a Dios gracias. Amén”, escribió. 

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